
Para terminar, compañeros. He hablado de dos fases: de la fase económica y de la fase política de la lucha, y he dicho con toda claridad que cada una de estas fases tiene su propia arma de lucha: para la fase económica, el sindicato; para la fase de lucha política, el partido. Es también un grave error concebir estas dos fases no sólo como independientes, sino aún como antagónicas.
¿Es cierto, como dicen los "independientes", que el sindicato no tenga nada que ver con el partido? ¡No! Precisamente aquí está la otra cosa que nosotros debemos entender y lo que nos ayudará a entender lo que es Antorcha Obrera. Los charros niegan absolutamente el derecho del obrero a participar en política, dicen que cuando el obrero se vuelve político se vuelve una calamidad para un país; los de izquierda no lo niegan abiertamente pero en los hechos jamás le hablan al obrero de política.
Nosotros decimos: entre sindicalismo y lucha política, entre sindicato y partido, tiene que haber una íntima relación, porque no son más que dos eslabones de la misma cadena, y ya han visto cómo un eslabón está perfectamente bien ligado con otro o de otro modo la cadena no sirve, la cadena se revienta. Pues así como dos eslabones de una cadena están tan bien unidos, así deben de estar sindicato y partido, el nivel económico y el nivel político de la lucha.
Los grupos de Antorcha Obrera, los núcleos de Antorcha Obrera que se forman en cada fábrica son precisamente ese cemento que une a los dos eslabones de la cadena, los antorchistas de una fábrica organizados con nosotros son, al mismo tiempo, los que impulsan el sindicato y los que impulsan la lucha proletaria, son al mismo tiempo los ejes sobre los que gira la lucha sindical independiente y también la conciencia de clase revolucionaria del obrero. Por eso es que para nosotros el planteamiento fundamental está en que los grupos antorchistas deben entender los dos niveles de la lucha, y los antorchistas deben pertenecer a los dos niveles; o sea, que son al mismo tiempo sindicalistas y activistas de la lucha política, son el eslabón que nos une con los sindicatos.
Solamente cuando un sindicato esté dirigido por gente que tiene conciencia de clase amplia y total estará garantizada la honradez, la verticalidad, la fuerza para la lucha económica y, al mismo tiempo, estará garantizado que todos los obreros demos el paso hacia adelante, hacia el nivel político de la lucha. Así es que Antorcha Obrera es el núcleo, es el centro de una política que contempla los dos niveles: el nivel sindical y el nivel político. Y los compañeros antorchistas deben preocuparse por convertirse en auténticos líderes sindicales pero que no se queden ahí, sino que lleven al obrero hacia la conciencia política.
Bien, he tratado yo de explicar lo más claramente posible cómo concebimos el trabajo de Antorcha Obrera. Pero, sobre todo, he tratado de resaltar, compañeros, la importancia de que cada uno de ustedes se mire a sí mismo como un futuro dirigente de su clase que se está preparando para cumplir un papel altamente especializado y altamente delicado. Yo decía al principio, y quiero terminar así mi plática: ustedes están aquí, y yo sudando frente a ustedes (porque no crean que es fácil inventar rollos), porque queremos hacer de ustedes, compañeros, líderes de la clase obrera mexicana, eso es lo que queremos.
Pero, desde luego, esto no depende sólo de mí; eso es lo que quiero yo, pero para que el propósito se cumpla deben quererlo ustedes también, compañeros, es decir, que también de parte de ustedes debe haber ese deseo profundo, ese deseo íntimo, muy arraigado hasta lo más hondo de su conciencia, de decir: ¡Sí, yo quiero ser un dirigente de mi fábrica y de mi clase y voy a hacer todo lo que en mis manos esté para adquirir los conocimientos teóricos, los conocimientos prácticos y la habilidad psicológica y política que debe tener un dirigente para cumplir mi papel de la mejor manera!
Si nada más lo queremos yo y los compañeros que dirigen los grupos, pero ustedes no lo quieren, estamos perdiendo el tiempo; si ustedes lo quisieran y nosotros no cumpliéramos nuestro papel, también estaríamos perdiendo el tiempo.
Para bailar tango, compañeros, se necesitan dos, y para formar líderes también, ustedes y nosotros. Yo quisiera que esto no lo olviden, yo quisiera que todos los aquí presentes lo meditáramos, viéramos hacia el interior de nuestra alma para ver si estamos dispuestos, y si estamos, compañeros, vamos para adelante, y como dijo Zapata cuando lo del Plan de Ayala: "los que no tengan miedo, que pasen a firmar".
Muchas gracias.
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