viernes, 1 de abril de 2011

CONFERENCIA OBRERA 1

CINTENIDO

INTRODUCCION


¿Qué es y qué busca Antorcha Obrera?
12 de Mayo de 1985

Compañeros Obreros: 
En esta reunión se iba a concentrar a los elementos de mayor adelanto, de mayor compromiso o, dicho brevemente, los de mayor calidad que hasta ahora se han venido destacando dentro de Antorcha Obrera, con el propósito de que aquí pudiéramos platicar algunos problemas, algunos temas, con mayor profundidad y con mayor claridad de manera que fuéramos adquiriendo, todos en conjunto, una visión más clara, una conciencia más precisa de lo que somos y de lo que buscamos, y también fuéramos adquiriendo elementos teóricos fundamentales para continuar con nuestro trabajo político y nuestro trabajo organizativo.
Quiero comenzar mi plática ‑que espero sea breve para no cansarlos mucho‑ insistiendo en que, si esto es así, o sea, si a las personas que asisten a este grupo o a este círculo de trabajo se les ha elegido porque se les considera lo mejor de cada uno de sus círculos, es necesario que se cumpla, que se responda a esta designación, que es un honor y una responsabilidad, con suficiente aplicación, con suficiente disciplina y con suficiente puntualidad en el trabajo.
Lo digo porque, ciertamente, resulta algo extraño que algunos de los compañeros que han sido convocados a esta reunión por su calidad, no se hayan presentado con la puntualidad que se requiere. Desde luego yo entiendo que algunos, a lo mejor, tuvieron motivos de fuerza mayor: para ellos no he dicho nada pues siempre se pueden presentar cosas difíciles. Pero para aquellos compañeros que simplemente llegan tarde porque están acostumbrados a hacerlo así, yo creo que es buen comienzo el que insistamos en que sería preferible que fuéramos, en adelante, más puntuales, porque es una manera de educarse, es una manera de convertirse realmente en un elemento de ejemplaridad para los demás compañeros del trabajo obrero.
Bien. Debemos estar claros, entonces, de que en este grupo de trabajo vamos a tratar de que todo mundo mejore su forma de participar, para que la calidad de cada uno de nosotros se vaya elevando como es el propósito de este círculo
Voy a tratar de exponer brevemente el problema que se ha planteado para hoy: ¿Qué es Antorcha Obrera y qué es lo que busca?

DOS GRUPOS ANTAGONICOS FUNDAMENTALES

¿Qué es Antorcha Obrera y qué es lo que busca?
Compañeros obreros, tengo entendido que la gran mayoría de ustedes están ya más o menos conscientes de que nuestra organización parte de la idea de que un país capitalista como México está, necesariamente, dividido en dos grupos sociales fundamentales que por sus intereses materiales son antagónicos entre sí, es decir, son enemigos: de un lado el pequeño grupo de los dueños del dinero y de los demás bienes materiales con que se produce en las fábricas y, del otro lado, la gran masa de los trabajadores muchos de los cuales, la inmensa mayoría de los cuales, no tienen, para vivir, más que su propia fuerza de trabajo, sus manos, su propio cuerpo, que es el que venden al patrón a cambio de un salario.
Estando así las cosas, partiendo de que la sociedad está dividida en dos grupos fundamentales y antagónicos, de un lado los dueños del dinero, y del otro lado los dueños de la fuerza de trabajo, nuestra organización también plantea, como un punto de referencia fundamental, la necesidad de que los trabajadores, es decir, aquellos que nada más tienen su fuerza de trabajo para vivir, comprendan la necesidad de organizarse, la necesidad de unificarse para defender sus intereses de grupo.
Esto es importante, precisamente, porque nosotros sostenemos que los trabajadores de México y de los demás países donde existe el régimen capitalista ocupan el lugar más bajo de la escala social, tanto en lo económico como en lo social y en lo cultural, precisamente porque no se organizan, porque no se unen para la defensa de sus intereses.
Los trabajadores del mundo capitalista todavía no entienden ‑y no por culpa de ellos sino porque los engañan y los manipulan‑ la importancia de su papel; todavía no están plenamente conscientes de que los patrones, su dinero y sus máquinas, no sirven para nada, son capital muerto, si no cuentan con la fuerza viva del obrero, que es lo que al poner a trabajar la máquina junto con la materia prima incorpora parte de su fuerza, parte de su vida, en la mercancía, y que es precisamente esto lo que constituye, en gran medida, la riqueza del patrón.
            De tal manera que, aunque en general se plantea el problema como si los buenos, los indispensables en el mundo fueran los ricos, en realidad esto no es cierto, sino que en la práctica ocurre exactamente al revés: los buenos, los que verdaderamente son indispensables, aquí y en China, como se dice, son los obreros. Ellos son los que al darle vida a la maquinaria, al poner en movimiento la fábrica y al dejar que se vaya gastando su cuerpo en el trabajo, van produciendo la mercancía y van produciendo la riqueza; sin ellos ni hay mercancía ni hay riqueza aunque haya máquinas y aunque haya patrones; o sea que el verdadero importante es el obrero y no el patrón.
Pero esto que estoy diciendo el obrero no lo sabe, porque a él le hacen creer otra cosa: al obrero le dicen que debe estar agradecido al patrón y a la fábrica "porque gracias al patrón y a su fábrica el obrero come". También le dicen: "si no hubiera fábrica y yo, patrón, no hubiera invertido mi dinero, tu no comerías, no tendrías trabajo, así es que tu me tienes que estar agradecido a mi que soy el que te da el trabajo y porque gracias a mi , tu familia tiene que comer".  Y yo insisto, ¡no es cierto! ¡Las cosas son al revés! Gracias al obrero come el patrón, y la prueba de ello es que se puede suprimir al patrón, se puede suprimir al rico y poner la fábrica en manos de los obreros y, de todos modos, seguir habiendo producción y riqueza; en cambio, no hay ninguna sociedad que siga produciendo sin obreros, no hay ninguna sociedad que pueda vivir sin el obrero.
Con esto se demuestra, repito, que el verdaderamente importante es el obrero y no el patrón.  Pero al patrón y a todos sus amigos les interesa hacerle creer al obrero lo contrario, porque de otra manera se pone en peligro, precisamente, el control que tiene sobre el dinero, sobre la sociedad y sobre el propio obrero.  Por eso se realiza un trabajo tan intenso de engaño, de lavado de cerebro al obrero, para que no entienda cómo están verdaderamente las cosas.
Decía yo que ese lavado de cerebro, ese engaño que se le hace al obrero es lo que muchas veces explica por qué los obreros no se unifican, por qué no se organizan.  No tienen conciencia de lo que valen y no tienen conciencia de su importancia debido a que los están manipulando, los están engañando continuamente.
Nosotros, como organización, partimos de este hecho para plantear la necesidad, primero, de que los obreros entiendan, pero que entiendan a fondo, cuál es su verdadero papel, cuál es su verdadera importancia; que entiendan bien como funciona la sociedad en la que viven y qué servicio le prestan ellos, para que, sabiéndolo, se puedan organizar y puedan luchar unidos para defender sus intereses. Nosotros creemos que en la medida en que los obreros no entiendan cómo está la verdadera situación, en la medida en que no tengan conciencia de cómo está el mecanismo de explotación y manipulación en el que viven, en esa medida se dejan engañar, se dejan manipular, ya sea por los patrones, por los líderes charros o, incluso, por qué no decirlo, por grupos que se dicen de izquierda pero que en realidad no lo son.  Por tanto, nosotros sostenemos que en la medida en que el obrero entienda a fondo, bien clarito, cómo está el asunto, en esa medida podrá organizarse y podrá defender sus intereses.
Así es que por eso, el primer planteamiento de Antorcha Obrera es tratar de educar a los obreros. Educar al obrero es el primer planteamiento de Antorcha Obrera.

EDUCAR AL OBRERO PRIMER PROPÓSITO

Por eso es que un hombre solo no puede, por inteligente que sea, enfrentar a sus enemigos. Los peligros son grandes, entonces, no basta tener conciencia sino que, además, hay que organizarse. Si un hombre solo no puede contra los enemigos, muchos hombres conscientes y organizados sí pueden contra el enemigo. Es decir, el arma que el obrero necesita para poder dar la lucha, una vez que ya se concientizó, es precisamente la organización.
Antorcha Obrera plantea entonces, como segundo paso, la organización de los obreros: es necesario que los obreros se organicen.
Hacíamos al principio la pregunta ¿qué es Antorcha Obrera y qué busca?  yo he dicho hasta ahorita que Antorcha Obrera busca primero educar al obrero y, segundo, organizar al obrero.
Pero algunos de ustedes pensarán,  porque es lógico que se lo planteen: "pero si estamos organizados, por ejemplo, tenemos nuestro sindicato aunque sea charro pero ahí está, entonces ¿por qué se nos habla de organización si estamos organizados?".
Es necesario que hablemos francamente en este punto. En primer lugar, el obrero debe entender, y en esto se finca la política de Antorcha Obrera, debe entender, repito, que hay dos niveles muy claramente diferenciados en lo que se llama la lucha contra el patrón o lo que nosotros llamamos más ampliamente la lucha de clases.
El primer nivel, que es el más sencillo, es la defensa de los intereses inmediatos del obrero. ¿Cuáles son estos intereses inmediatos? El trabajo, la inamovilidad en el puesto, el salario, el aumento de salario, el escalafón, las prestaciones como el reparto de utilidades, el derecho a la vivienda, el derecho a la medicina, la ayuda para el transporte, la ayuda para la canasta básica del obrero, las condiciones de trabajo dentro de la fábrica, que haya seguridad para el obrero, que haya equipo antiaccidentes, equipo que lo proteja, es decir, que la fábrica tenga condiciones buenas para el trabajador.   Estos son los intereses inmediatos del obrero, los de todos los días. Este es el primer nivel de la lucha: el obrero está interesado en que en la fábrica, en su casa, en sus relaciones con el patrón sus intereses inmediatos estén defendidos, que no se le corra fácilmente, que se le aumente salario, que se le promueva en el puesto según su antigüedad y sus méritos, que se le dé medicina, que se le dé equipo, que se le dé vivienda, que en la fábrica haya seguridad para que no se corte las manos o vaya a sufrir un accidente mortal, etc.  Esto, lo inmediato, es lo que se llama lucha inmediata o nivel de lucha económica del obrero.
Pero hay un segundo nivel de lucha que es, precisamente, el que muchas veces el obrero no entiende. Este segundo nivel de la lucha es lo que se llama el nivel político de la lucha del obrero.
Resumiendo. Hay, pues, dos niveles de la lucha: el nivel económico y el nivel político, el de la lucha económica es de carácter inmediato, el de la lucha política es de largo plazo.

ORGANIZAR AL OBRERO. DOS NIVELES DE LUCHA

Por eso es que un hombre solo no puede, por inteligente que sea, enfrentar a sus enemigos. Los peligros son grandes, entonces, no basta tener conciencia sino que, además, hay que organizarse. Si un hombre solo no puede contra los enemigos, muchos hombres conscientes y organizados sí pueden contra el enemigo. Es decir, el arma que el obrero necesita para poder dar la lucha, una vez que ya se concientizó, es precisamente la organización.
Antorcha Obrera plantea entonces, como segundo paso, la organización de los obreros: es necesario que los obreros se organicen.
Hacíamos al principio la pregunta ¿qué es Antorcha Obrera y qué busca?  yo he dicho hasta ahorita que Antorcha Obrera busca primero educar al obrero y, segundo, organizar al obrero.
Pero algunos de ustedes pensarán,  porque es lógico que se lo planteen: "pero si estamos organizados, por ejemplo, tenemos nuestro sindicato aunque sea charro pero ahí está, entonces ¿por qué se nos habla de organización si estamos organizados?".
Es necesario que hablemos francamente en este punto. En primer lugar, el obrero debe entender, y en esto se finca la política de Antorcha Obrera, debe entender, repito, que hay dos niveles muy claramente diferenciados en lo que se llama la lucha contra el patrón o lo que nosotros llamamos más ampliamente la lucha de clases.
El primer nivel, que es el más sencillo, es la defensa de los intereses inmediatos del obrero. ¿Cuáles son estos intereses inmediatos? El trabajo, la inamovilidad en el puesto, el salario, el aumento de salario, el escalafón, las prestaciones como el reparto de utilidades, el derecho a la vivienda, el derecho a la medicina, la ayuda para el transporte, la ayuda para la canasta básica del obrero, las condiciones de trabajo dentro de la fábrica, que haya seguridad para el obrero, que haya equipo antiaccidentes, equipo que lo proteja, es decir, que la fábrica tenga condiciones buenas para el trabajador.   Estos son los intereses inmediatos del obrero, los de todos los días. Este es el primer nivel de la lucha: el obrero está interesado en que en la fábrica, en su casa, en sus relaciones con el patrón sus intereses inmediatos estén defendidos, que no se le corra fácilmente, que se le aumente salario, que se le promueva en el puesto según su antigüedad y sus méritos, que se le dé medicina, que se le dé equipo, que se le dé vivienda, que en la fábrica haya seguridad para que no se corte las manos o vaya a sufrir un accidente mortal, etc.  Esto, lo inmediato, es lo que se llama lucha inmediata o nivel de lucha económica del obrero.
Pero hay un segundo nivel de lucha que es, precisamente, el que muchas veces el obrero no entiende. Este segundo nivel de la lucha es lo que se llama el nivel político de la lucha del obrero.
Resumiendo. Hay, pues, dos niveles de la lucha: el nivel económico y el nivel político, el de la lucha económica es de carácter inmediato, el de la lucha política es de largo plazo.

LAS DOS FASES DE LA LUCHA POLITICA

¿Qué es lo que pelea el obrero en la lucha política?
En la lucha política hay también dos fases bien diferenciadas que es necesario que ustedes entiendan. En una primera fase de la lucha política, el obrero ya no pide aumento de salario, ya no pide prestaciones puramente económicas, sino que se remonta un poco y empieza a exigirle al gobierno leyes que abarquen no sólo a su fábrica, sino a todas las fábricas del país, y en las cuales se asienten derechos, no sólo económicos, sino también políticos. Por ejemplo, el derecho de huelga, los trámites para el registro de sindicato, las garantías que deben tener los dirigentes sindicales, el respeto que gobierno y patrones deben tenerles a los líderes, etc.  Estos son derechos políticos del obrero que no se pueden resolver para una sola fábrica, sino que se tienen que resolver con una ley nacional que abarque a todas las fábricas.
Entonces, la lucha política del obrero tiene un primer nivel: el nivel de la lucha por la promulgación de leyes de amplia cobertura nacional que protejan los derechos sindicales del obrero como clase.
Pero tiene también una siguiente fase, que es la más alta de todas: la lucha por el poder político.  Los obreros como clase, y como clase fundamental, es decir, como la clase que genera toda la riqueza, tienen no sólo el derecho, sino incluso la obligación, de procurar que los gobiernos de los países sean gobiernos que estén dedicados a proteger y resolver los problemas de las clases laborantes del país.
Los gobiernos que hay en los países capitalistas, como el gobierno de México, son gobiernos que no están destinados a proteger al obrero sino, precisamente, destinados a proteger al rico.
Para que un gobernante se incline a favor de los trabajadores, tiene que ser un gobernante salido del pueblo, elegido por el pueblo.  Pero esto implica que antes que el poder, lo que se llama el poder, haya pasado de manos de los ricos a manos de los trabajadores. Entonces, a los obreros les importa, debe importarles, que el gobierno de este país no sea un gobierno elegido por los ricos y para los ricos, sino que sea un gobierno elegido por los trabajadores y para los trabajadores. Esa es la siguiente y última fase de la lucha obrera: los obreros tienen que aprender a luchar por el poder.
En la medida en que los obreros no entienden esto y piensan que esas son cosas sólo para los poderosos y los sabios, en esa misma medida los obreros se dejan apabullar, se dejan someter, se dejan explotar y, precisamente por eso, es que grupos como Antorcha Obrera se plantean la necesidad de ir a los obreros y decirles: ¡no te dejes!, si en realidad tu eres quien está  manteniendo a este país, por qué no has de poner tu al presidente de la república, por qué no ha de ser la inmensa mayoría de los trabajadores quien imponga su voluntad en este país, si finalmente son los que trabajan y los que sudan para mantenernos a todos. Esto es perfectamente posible y, además, es justo que así sea. Si no ocurre así es porque los obreros no lo entendemos, no estamos politizados y no lo buscamos con suficiente ahínco, con suficiente dedicación.

DOS TIPOS DE ORGANIZACION

Pero volvamos al tema. Estaba yo diciendo que el obrero tiene que entender que la lucha obrera tiene dos niveles muy claros: la lucha económica y la lucha política, y que la lucha política, a su vez, tiene dos niveles: la lucha por la promulgación de leyes a favor del obrero y la lucha por la toma del poder político.
Ahora bien, cada uno de estos niveles de la lucha requiere educación y organización, sin embargo no la misma organización. En efecto, para la primera lucha, para la lucha económica, para la defensa del salario, de las prestaciones, de las medidas de seguridad, se requiere un tipo de organización. El tipo de organización obrera que se requiere para la lucha económica se llama sindicato.
En cambio, para la lucha política, tanto para la promulgación de leyes, como para la toma del poder, ya no basta el sindicato, ya no sirve el sindicato, se requiere de otro tipo de organización. Ese nuevo tipo de organización, superior, mucho mejor y más poderoso que el sindicato, se llama Partido Obrero, Partido de la Clase Obrera.
De modo que cuando nosotros hablamos de que los obreros están desorganizados, no nos referimos solamente al sindicato, sino que nos referimos, sobre todo, a la falta de una organización partidaria de los obreros.
¿Por qué el sindicato ya no sirve para la lucha política, compañeros? Pues solamente porque, como yo decía, si una ley es para todo el país está claro que el sindicato de una fábrica no tiene la fuerza suficiente para lograr esa ley, se necesita de una organización que también sea nacional; si la lucha, si la demanda es nacional, el organismo, el arma con la que debemos buscar esa demanda es también un organismo nacional, no puede ser de una fabriquita. Un sindicato de fábrica, por muy grande que sea, no basta, no alcanza, no es lo suficientemente fuerte para conmover a todo el país; se necesita una organización que aglutine también a todos los obreros a nivel nacional y esta organización es el partido político de los obreros.
Pero vayamos por partes. Veamos el sindicato. Podemos aceptar que en México hay sindicatos, es decir, que los obreros están ya organizados para dar la lucha económica. Sin embargo, es necesario precisar dos cosas. Primero: es cierto que en México hay sindicatos pero, como alguna vez lo hemos platicado con algunos de ustedes, el sindicalismo mexicano es un sindicalismo que no nació del obrero, no lo pidieron los obreros como sucedió en Inglaterra o como sucedió en Francia, sino que el sindicalismo lo promovió el gobierno. El gobierno de Venustiano Carranza primero, y después, con más fuerza, el gobierno de Lázaro Cárdenas, fueron los que urgieron, obligaron prácticamente, a través de líderes muy bien comprados, muy bien controlados por el gobierno, a que los obreros formaran sus sindicatos y luego sus centrales sindicales. Por eso es que el movimiento sindical mexicano no es un movimiento sindical independiente sino que está fuertemente ligado al gobierno.

LOS OBJETIVOS DE ANTORCHA OBRERA

 
¿Qué es lo que quiere Antorcha Obrera en este punto? Quiere que los sindicatos pasen a ser verdaderamente de los obreros, arma de lucha y de defensa de los intereses económicos del obrero pero, para eso, deben dejar de ser sindicatos charros, deben dejar de ser sindicatos del gobierno y del patrón para convertirse en sindicatos del trabajador. ¿Cuál es el requisito? ¿cuál es el recurso que se requiere para lograr un sindicalismo verdadero? Pues la respuesta es al mismo tiempo sencilla y difícil: lo que se requiere es que los obreros cobremos conciencia de esta situación y todos unidos como un solo hombre tumbemos al charro y defendamos nuestro sindicalismo auténtico.
¿Por qué no se logra hacer esto? Piensen ustedes, ustedes son obreros y ustedes sabrán si yo miento o no, piensen ustedes por qué en sus fábricas prevalece el charro: porque entre los mismos obreros hay traidores, porque entre los mismos obreros hay muchos que nada más les ofrecen una mordida y ya se cambiaron al otro lado ¿a poco no es cierto? Porque entre los obreros mismos apenas hay un hombre honrado que quiera hacer un sindicato limpio, van y lo venden, o sea, que el mal está ¿dónde? en los mismos obreros, entre los mismos compañeros están los judas, están los traidores.
Ahora hay que preguntarse: esos hombres, esos judas, esos que se venden al patrón ¿por qué lo hacen? ¿Qué acaso un hombre nace traidor, nace judas? ¿Cuando lo parió su madre ya era un traidor? ¡No, compañeros! Los hombres cuando nacemos todos somos iguales, de niños no sabemos del mal ni del bien, sino que es con el tiempo que nos vamos volviendo malditos; eso quiere decir que los traidores lo son porque les falta conciencia de clase, porque les falta educación política, porque les falta una formación proletaria que los solidarice con sus hermanos obreros y no con sus enemigos, los patrones y el gobierno, o sea, que el problema es un problema de educación y concientización para que esta gente deje de ser traidora.
Muchos compañeros obreros se venden al patrón porque son gente viciosa, por ejemplo, que le gusta mucho el vino y, claro, con dos o tres comidas y dos o tres borracheras que le invite el patrón ya se la compró. ¿Cómo se remedia eso? Haciendo que los obreros tomen conciencia de que es indigno que vendan a sus hermanos de clase por una cerveza. ¡Todo esto hay que decírselo a los obreros! ¡Toda esta ideología, toda esta educación hay que llevársela a los obreros para que se acaben los traidores! En realidad nunca se van a acabar del todo, lo que quiero decir es que cada vez sean menos, hasta que la inmensa mayoría aplaste a los pocos traidores que queden, o sea, sí los podemos reducir a minoría, lo que requerimos es trabajo, plática, conciencia, educación de más obreros para que no se vendan y para que no traicionen. Repito, ¿qué necesitamos para que nuestros sindicatos dejen de ser charros? Necesitamos que la base obrera se decida como un solo hombre a tumbar al charro y a defender a su sindicato. Pero para que los obreros se decidan deben educarse y concientizarse porque mientras sean obreros que se creen todo lo que dice la televisión burguesa, que no salen del campo de fútbol y de la cantina, que leen puros monitos de esos que traen pura pornografía, pues ¿qué obrero es ese? ¿Qué educación política, qué alma tiene ese obrero? Pues tiene un alma de cántaro, es un hombre guango, es un hombre vil que lo puede comprar el patrón con una mordida. Hay que levantar al obrero, compañeros, hay que ponerlo en pie, hay que rehacerle su conciencia para que de hombre vil y vendido se vuelva un luchador de su clase ¡eso es lo que necesitamos! 
Pero esto es como el cuento de cuando los ratones se juntaron para defenderse del gato y después de mucho discutir dijeron: "el remedio está en colgarle un cascabel al gato para que cuando venga haga ruido y lo oigamos y podamos huir". Todos dijeron: "de acuerdo, hay que ponerle el cascabel al gato". Pero el problema se vino cuando dijeron, ahora ¿quién se lo va a poner?, ¿quién le va a colgar el cascabel al gato? Aquí se trata de lo mismo, ¿quién le va a poner el cascabel al gato? Y la respuesta es: ¡nosotros, los antorchistas, compañeros!
Ese es uno de los propósitos, ese es el propósito de Antorcha, crear gente que sea capaz de ponerle el cascabel al gato. Preparar cuadros, como dije al principio, que ya no tengan miedo, que ya no tengan temor o vergüenza de ir a sus fábricas y comenzar a agitar con inteligencia, con astucia, con precaución, siempre ganando la partida al patrón, para levantar a su sindicato y sacudirse a los charros. Eso es lo que se necesita. Podría yo decir, resumiendo nuestra opinión, ¿por qué perduran los charros? Porque no hay quien se les ponga enfrente, así de sencillo. Entonces hay que preparar a los que se le pongan enfrente a los charros, y ese es uno de los objetivos de Antorcha Obrera.
Pero no solamente los patrones y los charros son enemigos de la clase obrera, del sindicalismo auténtico, hay otro tipo de gente que es un enemigo más sutil, hay otro tipo de sindicalismo que dicen que no es charro, por ejemplo, el de los telefonistas, el Sindicato Mexicano de Electricistas, el SME, el de los nucleares que acaba de desaparecer. Esos sindicatos dicen que ellos si son los buenos, que ellos si son los revolucionarios y con ellos no hay charrismo. Sin embargo, las cosas no son así compañeros, ¿por qué razón? Porque en esos sindicatos, como el de telefonistas y el SME, es cierto que hay un poco más de democracia, es cierto que se permite que los obreros voten para elegir a sus directivas, pero una vez que han sido electas, se dedican única y exclusivamente a hablar a los obreros de la lucha económica.
Fíjense ustedes dónde está la trampa: podríamos decir que estos sindicatos son realmente buenos para defender a los obreros... en la lucha económica. Pero yo les hablaba de que la lucha obrera no es solamente lucha económica sino también lucha política y ésta es la más importante.
Entonces estos sindicatos "independientes" son buenos para la lucha económica, para defender el salario, para defender el empleo, etc. Pero, y ¿qué hay de la lucha política? ¡Aquí está la trampa! Esos sindicatos le callan absolutamente al obrero la necesidad de prepararse para una lucha de carácter político de tal manera que, en el fondo, lo que logran es que el obrero se vuelva un egoísta que nada más está pensando en tener, él y su familia, aumento de salario, mejores prestaciones, etc. Pero no le importa lo que pase en el resto del país. Es otra manera de deformar al obrero, esta es otra manera de mantenerlo sumiso en lo político al poder central.
Aparentemente estos sindicatos son revolucionarios pues a diferencia de los charros dejan luchar al obrero, le dejan hacer huelgas, mítines, en fin, libran la lucha económica. Pero, por otro lado, esconden una parte de la verdad que nunca le enseñan al obrero, nunca le dicen: "mira, después de esto, lo que sigue es el nivel político, la formación de un partido". No, simplemente no le completan la conciencia política sino que cada vez que pueden le dicen lo contrario, le dicen: "nuestro sindicato no se mete en política, aquí no queremos partidos políticos, meterse en política es un error, es manipulación, nosotros somos independientes, somos un sindicato libre".
¿Qué están haciendo al decirle eso al obrero? Le están impidiendo que dé el paso siguiente. En el fondo, le están poniendo una venda para que no vea lo que sigue adelante. Y así, repito, en esos sindicatos los obreros se forman como obreros egoístas a los que nada más les importa su bienestar y que cuando lo alcanzan, se olvidan de todo lo demás. Ese no es un obrero revolucionario. Un obrero revolucionario es el que además de luchar, fíjense ustedes bien, además de luchar por su fábrica, por su salario, por sus prestaciones, se preocupa por seguir adelante, hacia la lucha política, ese es el obrero revolucionario. Pues así no forman al obrero los sindicatos de izquierda y, por eso, esos sindicatos incurren en el error de mutilar la conciencia del obrero. Luego entonces, para nosotros tampoco esos sindicatos son la solución, es necesario otro tipo de sindicato: esa es la razón de que exista Antorcha Obrera.
Hay que insistir en esto, nosotros no concordamos ni con lo que hacen los charros ni con lo que hacen los independientes. Con los charros, porque no defienden nada; con los independientes, porque le ocultan una gran parte de la verdad al obrero y le mutilan la conciencia; nosotros planteamos que es necesario crear un nuevo sindicalismo o transformar el que ya existe, en el que se den las dos fases de la lucha, íntimamente unidas, en el que se le enseñe al obrero a defender su salario, sus prestaciones, su trabajo, la seguridad en su fábrica, pero, al mismo tiempo, se le enseñe a dar la lucha política, y se le esté llevando progresivamente hacia una verdadera conciencia de clase que lo disponga a tomar el poder político.
Porque en este país las cosas no se curarán jamás si los obreros no se organizan y no toman el poder en sus manos, eso es necesario que lo entiendan muy claramente.
He aquí por qué a pesar de que hay sindicatos charros e independientes, Antorcha Obrera insiste en que aún queda mucho por hacer y enderezar en cuanto a la organización sindical de los obreros.
La situación es aún más crítica en lo que respecta a la segunda forma organizativa: el partido obrero.
El momento que está viviendo México es más elocuente que nunca compañeros. México es un país terriblemente endeudado, cien millones de dólares, que si los traducimos a pesos hacen una montaña del tamaño de este edificio. Y nos los están cobrando con pistola en mano. Y, por el otro lado, nuestro aparato productivo va para abajo: hay desempleo, en el campo no se producen suficientes alimentos, los tenemos que comprar del extranjero; es decir, somos un país que debe y no tiene con qué pagar, y además que no tiene siquiera para comer. ¿Cómo le vamos a hacer? ¿Qué es lo que está haciendo el gobierno? ¿Está realmente resolviendo el problema? ¡No, señores! Lo único que está haciendo el gobierno es exprimir más y más al trabajador para pagar la deuda.
¿Cómo piensa pagar lo que debe el gobierno? (y lo debe el gobierno porque mucho de ese dinero se lo robaron ellos, se lo llevaron ellos), ¿cómo piensa resolver las carencias? Simplemente apretando al pobre, que coma menos el obrero, que ya no tome leche, que ya no coma carne, que ya no se vista, que ya no se compre zapatos, así es que realmente, lo que el gobierno está haciendo para pagar lo que debe y remediar algunas carencias, es matar a la gente de hambre, a los trabajadores.
Pero, compañeros, esta situación no se puede acabar con la simple lucha sindical. La única salida es que los obreros y los campesinos se unan y tomen el poder. Es decir, que pongamos un gobierno de los pobres. Esa es la única salida; y eso solamente se puede hacer si los obreros lo entienden y se disponen a organizarse no sólo en sindicatos independientes sino también en un partido político obrero.
Antorcha Obrera no es más que el intento de reorganizar al obrero a nivel sindical y a nivel político. A nivel sindical, para que los sindicatos sean auténticos representantes de los trabajadores de base y defiendan realmente sus intereses económicos, o sea, que den la lucha económica del obrero, pero con honradez y con valor. Y a nivel político, a nivel de partido, para que todos juntos los trabajadores de este México demos la batalla por una legislación más favorable primero y, luego, por la toma del poder político. Eso es Antorcha Obrera.

UNIDAD DE SINDICALISMO Y LUCHA POLITICA



 
Para terminar, compañeros. He hablado de dos fases: de la fase económica y de la fase política de la lucha, y he dicho con toda claridad que cada una de estas fases tiene su propia arma de lucha: para la fase económica, el sindicato; para la fase de lucha política, el partido. Es también un grave error concebir estas dos fases no sólo como independientes, sino aún como antagónicas.
¿Es cierto, como dicen los "independientes", que el sindicato no tenga nada que ver con el partido? ¡No! Precisamente aquí está la otra cosa que nosotros debemos entender y lo que nos ayudará a entender lo que es Antorcha Obrera. Los charros niegan absolutamente el derecho del obrero a participar en política, dicen que cuando el obrero se vuelve político se vuelve una calamidad para un país; los de izquierda no lo niegan abiertamente pero en los hechos jamás le hablan al obrero de política.
Nosotros decimos: entre sindicalismo y lucha política, entre sindicato y partido, tiene que haber una íntima relación, porque no son más que dos eslabones de la misma cadena, y ya han visto cómo un eslabón está perfectamente bien ligado con otro o de otro modo la cadena no sirve, la cadena se revienta. Pues así como dos eslabones de una cadena están tan bien unidos, así deben de estar sindicato y partido, el nivel económico y el nivel político de la lucha.
Los grupos de Antorcha Obrera, los núcleos de Antorcha Obrera que se forman en cada fábrica son precisamente ese cemento que une a los dos eslabones de la cadena, los antorchistas de una fábrica organizados con nosotros son, al mismo tiempo, los que impulsan el sindicato y los que impulsan la lucha proletaria, son al mismo tiempo los ejes sobre los que gira la lucha sindical independiente y también la conciencia de clase revolucionaria del obrero. Por eso es que para nosotros el planteamiento fundamental está en que los grupos antorchistas deben entender los dos niveles de la lucha, y los antorchistas deben pertenecer a los dos niveles; o sea, que son al mismo tiempo sindicalistas y activistas de la lucha política, son el eslabón que nos une con los sindicatos.
Solamente cuando un sindicato esté dirigido por gente que tiene conciencia de clase amplia y total estará garantizada la honradez, la verticalidad, la fuerza para la lucha económica y, al mismo tiempo, estará garantizado que todos los obreros demos el paso hacia adelante, hacia el nivel político de la lucha. Así es que Antorcha Obrera es el núcleo, es el centro de una política que contempla los dos niveles: el nivel sindical y el nivel político. Y los compañeros antorchistas deben preocuparse por convertirse en auténticos líderes sindicales pero que no se queden ahí, sino que lleven al obrero hacia la conciencia política.
Bien, he tratado yo de explicar lo más claramente posible cómo concebimos el trabajo de Antorcha Obrera. Pero, sobre todo, he tratado de resaltar, compañeros, la importancia de que cada uno de ustedes se mire a sí mismo como un futuro dirigente de su clase que se está preparando para cumplir un papel altamente especializado y altamente delicado. Yo decía al principio, y quiero terminar así mi plática: ustedes están aquí, y yo sudando frente a ustedes (porque no crean que es fácil inventar rollos), porque queremos hacer de ustedes, compañeros, líderes de la clase obrera mexicana, eso es lo que queremos.
Pero, desde luego, esto no depende sólo de mí; eso es lo que quiero yo, pero para que el propósito se cumpla deben quererlo ustedes también, compañeros, es decir, que también de parte de ustedes debe haber ese deseo profundo, ese deseo íntimo, muy arraigado hasta lo más hondo de su conciencia, de decir: ¡Sí, yo quiero ser un dirigente de mi fábrica y de mi clase y voy a hacer todo lo que en mis manos esté para adquirir los conocimientos teóricos, los conocimientos prácticos y la habilidad psicológica y política que debe tener un dirigente para cumplir mi papel de la mejor manera!
Si nada más lo queremos yo y los compañeros que dirigen los grupos, pero ustedes no lo quieren, estamos perdiendo el tiempo; si ustedes lo quisieran y nosotros no cumpliéramos nuestro papel, también estaríamos perdiendo el tiempo.

Para bailar tango, compañeros, se necesitan dos, y para formar líderes también, ustedes y nosotros. Yo quisiera que esto no lo olviden, yo quisiera que todos los aquí presentes lo meditáramos, viéramos hacia el interior de nuestra alma para ver si estamos dispuestos, y si estamos, compañeros, vamos para adelante, y como dijo Zapata cuando lo del Plan de Ayala: "los que no tengan miedo, que pasen a firmar".
Muchas gracias.